La gimnasia y yo, una historia de amor/odio

Tras un largo período sin escribir (unas semanas no más, che!), decidí volver.
Y volver con toda (!)
Pero sabés qué pasó? La vida misma.
Yo creo que en la vida tenemos elecciones: vestido escotado o cortito, altos aros o un buen collar, uñas incoloras o con pintura por la mitad, entre otras.
Eso sí. Hay una que se me planteó desde el 2011: cuerpazo o título.
#PlanPampita2016

BOE. LA exageración. Pero hoy en día lo pienso así. Cómo malgasté tantas horas adicionales que tenía en las pasantías, todo ese tiempo libre de trabajar sólo 4 horas por día (he llegado a 6 hs.) con máximo 2 hs. de viaje, en ...dormir. Y estudiar. Y dormir. Y comer. Y morsear.
Creo que el intento de "clavo gym" pasó el primer año. Verano 2011, dejé el colegio, volví de vacaciones y dije "bueno, este cuerpito no activa solo, a meterle power": hacía yoga, kick-boxing, stretching y máquinas. Todas las semanas. Duró 3 meses que empecé a trabajar. Chau, chau, adiós.
Intento nº 2: Arrancar Zumba. Saqué la tarjetita de socia. Duré 3 semanas. Digamos que si sumo todas las credenciales de gimnasio, tendría como 5 fácil, más que nada porque en la gran mayoría no hay.

Intento nº 3: arranqué a correr. Duré 3 cuadras. Escupí un pulmón.
Intento nº 4: Pilates. Parecía perfecto. A media cuadra de casa, cerca, la mina copada, tenía un perro divino, no chivabas, ni lo sentías. Duré 3 meses. Se me hicieron pelota las articulaciones #ArticulacionesLaxasDeformidadesDeMuchos
Hasta tengo mi versión Curves. Cerca de casa, a 10 cuadras, no tenía excusas. Llegué, te atiende una former hockey, canchera, cuerpazo. Te mide la grasa. Te mide la cintura y todo tu exceso. Horror.
Pagué el megasúperplan de 9 meses más barato versión pack que terminarán tonificando tu cuerpo por 30' por día. Un golazo. Música power. Muchos aparatos. Muchas señoras. Fue mi autoamenza: "Dale, pagás un replan, no podés tirar la plata así". "El gimnasio de la mujer, bajar de peso es tan fácil como contar 1, 2, 3". Sí, y un plan de pago de 12 meses con intereses cuando te querés dar de baja. La vida del negociante. Mi viejo me hacía bullying diciéndome todo lo que me podría haber comprado con la plata desperdiciada en esos adelantos junto con los intereses que cobran de más por darte de baja antes. #BullyingFamiliar
Ni hablemos de los extras: la cinta de madre que fue revendida, la bici fija que ahora es perchero de guitarras, o para algunos el elíptico (o epiléptico, como me salió el otro día). Todos lo mismo: el tender más caro de ropa.


Es la culpa, LA CULPA. Es decir, un día te ves en el espejo y notás la planicie. Sí. Planicie. Hay una unificación pierna espalda. Esa cola parada de la que te enorgullecías ya no está. #WorkOutTime
Entonces bajo el motus: "Lo hago por mí", o "Más allá de la estética, es por la salud". Vas y te anotás.
Típica, la primera clase lo dejás todo. Sos casi tan grosa como la profe. Te miran, te idolatran, te adoran. O eso flasheás. Te sentís como Lali Espósito en un entrenamiento.













Hiciste 2 horas de gym. Estás re grosa, entrenada. Te encontrás a la salida con amigas y proponen algún plan y salís valiente a decir "justo a esa hora entreno". Creyéndotela a full, con seriedad total.

Pero al día siguiente, te agarra el síndrome del lisiado. No podés hacer nada. Levantar el culo te duele, sentís nuevos abdominales que quedaron bajo capas y capas de flacidez. No te podés agachar que se te va el aire. No te reís. No estornudás por las dudas. Te duele hasta la espalda.
No te definís si es peor bajar o subir escaleras. Es el Aconcagua ida y vuelta.

Las puteadas por día se triplican, repensás en la coach, en su cuerpazo, que seguro se caga de hambre, seguro el marido la banca, seguro tiene re buen metabolismo. Pobre mina, si te "convertís" le prendés hasta velitas de agradecimiento.

Otra terrible son las autorrecompensas. Aquellas que te das por tu esfuerzo y buen trabajo. Matarte dos horas para clavarte la milanga. O sentir deshidratación de cerveza aprovechando que saliste a las 19 hs. Y por qué no, acompañarlo con papas con cheddar de Emily's.
Si no, como alternativa, es que el profe esté bueno. Siempre uno que coordine la clase y tenga buen...método educativo músculoglandular (?), suma. Obvio, siempre antes de conocer a Charlie, su novio que coordina las clases de spinning.

No sé. Mi viejo va a la mañana. 7 a.m. clava. Me ha invitado. Queridooo, ¿vos creés que gataría 2 horas menos de dormir para ir al gym? Un día me comentó que se encontró a una amiga. (ejem, CARARROTA, ejem). Entiendo que puede que esté bueno, porque empezás el día mejor, más pila, te sentís bien con vos misma, etc. Siempre hay alguna señora +60 que está entrenando a lo loco. Vos estás que te tiembla la gamba, no dás más, y ella dale, dale, dale. #Inspiración.
Algunos del laburo van al mediodía. 2 horas. Tranqui. "Ay, entreno. Besis".  #Bitches
Otra categoría terrible y arrolladora, son las benditas milf. Esas que ni transpiran. Se visten de marca. Están maquilladas, y tienen, obvio, EL lomazo. Típica yo al lado RE crota, con remera de Itapema 2004 ganada en un concurso, con calzas hasta el tobillo, medias de colores que sobresalen, los plos parados y chivada hasta por los ojos. Y las minas que entran y se van igual, diosas.

En mi vida más actual, digamos si tomo todo 2015, hice baile. Varios tipos: reggeaton (que te sentís una diosa total), cambalache de ritmos (ya palpitás el cheboli del finde a full, Agapornis pasión y Karina la princesita pasan a ser tus number 1), y afro brasilero (donde flasheás sambada y en realidad pensás que no entendés qué estás haciendo con los pies). Amé los tres. Duré 3 meses hasta que empecé la facultad full time. Y me quedé sin guita.
Ambos me llevaron a lo siguiente que me da placer: correr.
Esa es otra historia.

Por ahora, la posta es que si querés hacer actividad física, hay que empezar por algo que nos guste. Motiva a ser constante. Lo que no gusta, se deja. Como a los ex, digamos.

Y así, el mundo sigue girando, hacia adelante. Hay que encontrar el equilibrio: #ElGymYElÑam

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